El holismo considera en el ser humano cinco planos de
igual importancia: el físico, el biológico, el emocional, el intelectual y el
espiritual; son puntos de mira de los distintos niveles de interacción humana,
que de lo más profundo a lo más superficial incluyen desde las necesidades
básicas de todo ser vivo hasta sus conductas.
Todos los seres
vivos presentan dos características básicas, a saber: el requerimiento de un
contexto determinado y limitante y el desarrollo a partir de la propia
actividad en la medida en que el contexto lo permita.
La educación holística parte del supuesto de que todo ser
humano posee la potencialidad de buscar activamente los estímulos que necesita
para su desarrollo.
Las potencialidades que el ser humano trae al mundo se
encuentran en ese intercambio con los estímulos que el contexto tiene para
ofrecer. Cuando un ser humano llega a la vida con menos o diferentes
potencialidades a desarrollar, corresponde hablar de dispotencia.
El interjuego constante de potencialidades y estimulación
contextual produce la configuración de sistemas funcionales. Se conforman así
las habilidades, que surgen de la formación inicial de los sistemas
funcionales. Cuando un ser humano desarrolla menos sistemas funcionales,
corresponde hablar de dishabilidad.
Los sistemas funcionales formados siguen capacitándose de
por vida con nuevos estímulos. Cuando un ser humano enriquece menos sus
sistemas funcionales, corresponde hablar de discapacidad.
Cada una de estas instancias requiere un abordaje
pedagógico y terapéutico diferente.
Siguiendo la línea de lo publicado anteriormente, sobre
el holismo sistemático, dinámico y transdimensional, podemos decir lo siguiente:
Una “discapacidad mental” resulta de dos situaciones:
a) Existe un déficit cognitivo
b) El contexto categoriza estas cogniciones (y las actividades resultantes) como minusválidas.
b) El contexto categoriza estas cogniciones (y las actividades resultantes) como minusválidas.
Por lo que “discapacidad mental” puede definirse
brevemente como un déficit cognitivo con desadaptación psicosocial.
Por convención, las discapacidades mentales sólo pueden
instalarse durante la edad de máximo desarrollo, esto es, hasta fines de la
adolescencia. Más tarde, los déficits cognitivos con desadaptación psicosocial
reciben el nombre de demencias.
a) Las cogniciones se desarrollan (se construyen)
lentamente en el curso temprano de la vida, como sistemas funcionales.
Constituyen el aspecto “lógico” de los sistemas funcionales. Se construyen en
base a las emociones interaccionales, primer cimiento de esas lógicas. Las
emociones, a su vez, se instalan según cómo el ambiente estimule las
necesidades primordiales del sujeto, produciendo satisfacciones o
insatisfacciones. En el desarrollo de las cogniciones, en consecuencia,
influyen no sólo las potencialidades biológicas sino asimismo las más tempranas
interacciones con el contexto.
b) Por desadaptación psíquica debe entenderse la
disarmonía interior del sujeto. Son sus propios sistemas funcionales los que
presentan una desorganización intersistémica. Por desadaptación social debe
entenderse la disarmonía entre el sujeto (en sí mismo todo él un sistema
funcional) y el medio.